De sevillanas maneras

En el Puente de Carnaval, a mediados de febrero, la Coral de Cámara viajó a Andalucía, cumpliendo así una ilusión compartida por todos. Tuvimos dos destinos: Sevilla y Ronda. Ronda, la Ciudad Soñada de Rilke.

Pero yo quiero quedarme hoy con la experiencia sevillana de un grupo de burgaleses (entre los que se cuentan andaluces de pro, vallisoletanos, y gentes de diferente origen) que fueron acogidos, la tarde-noche del 15 de febrero, por la Hermandad de Santa Marta. La que esto escribe, hermana desde hace mucho años de esta Hermandad, con la que cada Lunes Santo viste su túnica nazarena, quiso acercar a su familia burgalesa las imágenes de su devoción, de las que tanto les había hablado. Qué mejor forma de conocerles que verles allí, tan cerca y tan majestuosos, en el Altar Mayor, rodeados de los altos cirios morados tan característicos del espíritu de nuestra Hermandad.

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Allí, delante de Ellos, hablé a unos cuantos coralistas de las emociones que siente un hermano de Santa Marta cada Lunes Santo, cuando acompañamos a nuestro Cristo de la Caridad y a Nuestra Señora de las Penas a la Santa Iglesia Catedral. Les relaté el ambiente de esa tarde mágica, evocando el tañido, hondo y doloroso, de las campanas que anuncian la muerte de Cristo. Después, una visita a Ella, a Santa Marta, sola en su capilla. Una conversación de tú a tú con Ella. Aquí estamos, para cantarte, para cantaros. ¡Qué concierto, qué emociones! Que satisfacción saberles allí, a mi espalda, a nuestra espalda, recogiendo las oraciones transformadas en canto. Ubi Caritas et Amor, Deus Ibi Est. Allí estaba el Amor, en San Andrés, en ese Cristo de la Caridad, que quiso bendecir a esta Coral Burgalesa, que tan honrada se siente de haber podido compartir, con Sevilla, y con los hermanos de Santa Marta, un poquito de nuestro trabajo y sobre todo, de nuestra pasión.

Cecilia Pastor.